Un hombre de 68 años denunciado por acosar a menores en la calle

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Miriam Mac Namara, vecina de nuestra ciudad, hizo pública la situación que vive con su hija de 13 años desde mediados del año anterior, señalando que la menor llegó a la casa un día, diciendo que un hombre en una camioneta gris la había seguido y le decía cosas. Desde aquel momento y en forma esporádica, la situación se repetía hasta que a fin de año se decidieron a denunciar, pero les explicaron que si no identificaban la matrícula o la persona, no se podía hacer nada. La mujer tomó la decisión de hablar con su hija y recomendarle que cuando lo vea grite, pida ayuda ose meta en alguna casa o comercio porque “en esta ciudad cuidan a los chicos, no como en Buenos Aires, donde vivíamos antes” aseguró. Pero las cosas se complicaron más en los últimos días, ya que el viernes, Miriam iba con su hija a un turno médico, cuando la jo9ven se empezó a poner nerviosa y temblar, hasta que le avisó que el hombre estaba cerca. “Cruzaba el paso a nivel de Goyena y le dije a mi hija que se quede tranquila, que si iba conmigo no le iba a hacer nada, pero me equivoqué” expresó la muer, y relató que el hombre dio la vuelta, se pudo a la par y comenzó a tocarse el cuerpo y las partes íntimas, mirando fijo a la menor e ignorando su presencia; y si bien solo atinó a insultarlo, tomó la precaución de anotar la patente y radicar la denuncia. A las pocas horas, cuando su pareja volvía de trabajar, vuelve a cruzar al acosador cerca de su casa e intenta seguirlo, dan aviso a la policía y se inicia una persecución, que logró dar con la persona, pero no pasó nada.

Miriam indicó que les recomendaron denunciar en Comisaría de la Mujer para pedir permimetral y botón antipánico, y cuando ingresaron en la dependencia, “le dije a mi hija que me espere en el pasillo que era un lugar seguro, y entré a programar el botón antipánico, pero ella entró corriendo porque el hombre paró en la puerta de la Comisaría” dijo, y agregó que lo increpó y le dijo de todo, pero él, con un cinismo increíble, le aseguraba que “no corazón, yo no le hice nada”.

Lamentablemente, hoy hay una menor con miedo de reunirse con sus amigos o de ir sola al colegio, con perimetral y botón antipánico, mientras que el acosador sigue paseando por las calles de Pehuajó, buscando otras menores o mujeres para manosearse, y saliendo a pasear con su esposa como un marido ejemplar, expresó Miriam, que aseguró seguirá hasta las últimas consecuencias para que hagan algo con él, “yo trabajé mucho tiempo con personas con problemas mentales, y si piensan decirme que este es el caso, que se hagan responsable de lo que puede hacer, no podemos esperar a que viole a alguien para hacer algo, porque no sabemos de qué es capaz”.

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