No sé si alguna vez leerás estas palabras, pero necesito escribirlas, necesito decirte todo lo que he guardado en mi corazón durante estos 14 largos años.
Recuerdo el día que faltaste como si fuera ayer. La incertidumbre, el dolor, las preguntas sin respuesta que nos consumían a todos. Con el paso del tiempo, la esperanza se fue apagando poco a poco, pero mi amor por vos nunca ha cambiado.
Aún te busco en cada rincón, en cada rostro desconocido, en cada llamada inesperada. Aún te hablo en silencio, como si pudieras escucharme.
Germi, sea donde sea que estés, quiero que sepas que nunca te olvide. Que cada día rezo por tu regreso, por un milagro, por una señal de que estás bien.
Si lees esto, si de alguna manera estas palabras llegan a vos, quiero que sepas que te amo, que siempre te he amado y que siempre te amaré. Que aquí te esperamos, con los brazos abiertos y el corazón lleno de amor.
Si no regresas, tu recuerdo vivirá en mí, en nosotros, por siempre.
(P.D.: Si alguien sabe algo de vos por favor, que me lo diga. Te busco con toda mi alma).
