El efectivo del Cuerpo Activo de Bomberos Voluntarios, Ángel González, se refirió a su trayecto en la vida del Cuartel, recordando que primero ingresó como peluquero, después auxiliar por 15 años, y terminó haciendo el curso para incorporarse al Cuerpo Activo, hace 20 años atrás. “Son 35 años en la institución y hoy con 60 de edad, corresponde jubilarme” comentó.
El día del Bombero, en el acto central, estaba previsto realizar un homenaje en su nombre, pero minutos antes de ese momento, sonó la sirena y, como estaba dentro del personal de semana, salió a asistir al servicio; resumiendo en pocos minutos la vida de un bombero. Ángel indicó que la peor imagen de su actividad fue así, en el cumpleaños de 3 o 4 años de uno de sus hijos, cuando estaba por soplar las velas, sonó la sirena y se tuvo que ir, aun cuando el niño le preguntaba si tenía que hacerlo; contó además que es habitual dejar descanso, trabajo y acontecimiento familiares para salir a prestar servicio. Pero hay un lado mejor y es el compañerismo y la amistad que se forma con sus compañeros que ya le están diciendo que lo van a extrañar. “Me emociona decirlo” expresó notablemente consternado, y destacó además que la familia de cada bombero es un bombero más, porque están atentos a los llamados, a abrir el portón de madrugada para que salgan sin saber cuándo volverán, y a respetar la pasión por ayudar, la necesidad de asistir al que necesita.
El efectivo recibirá su merecido homenaje este sábado, en la cena por el aniversario de la institución, y agradeció a sus compañeros, a la comisión de Bomberos y a la sociedad en general, porque apoyan, acompañan y hacen que la institución se encuentre hoy en un gran momento, en lo organizativo, en lo material y hasta en lo edilicio.
