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La Federación de Educadores Bonaerenses (FEB) decidió rechazar la última oferta salarial del gobierno de Axel Kicillof, que consistía en un aumento del 10% por dos meses. La respuesta del gremio fue clara: convocaron a un paro para mañana que podría alterar el funcionamiento habitual de muchas escuelas en la provincia de Buenos Aires. Este conflicto marca un punto de quiebre en la relación entre el Ejecutivo y uno de los sindicatos docentes más relevantes del territorio bonaerense.
El escenario representa un doble desafío político. Por un lado, pone contra las cuerdas al gobernador Kicillof, que por primera vez enfrenta una medida de fuerza por parte de un gremio estatal durante su gestión. Por otro, tensiona el equilibrio dentro del frente sindical docente: Roberto Baradel, histórico referente y aliado del mandatario, ve emerger una voz crítica desde la FEB que disputa liderazgo y posicionamiento en las negociaciones.
La administración provincial había acordado recientemente un incremento del 6% en mayo y otro del 4% en julio con el resto de los gremios, sumando un 15,5% de aumento acumulado en lo que va del año.
Sin embargo, el malestar persiste. Desde el Ministerio de Trabajo, Walter Correa —ex dirigente sindical— advirtió que no se permitirá ninguna medida fuera del marco legal y que, de concretarse el paro, se descontará el día a quienes no se presenten a trabajar.
Fuente: La red

