Es inaceptable que en una municipalidad donde los empleados ganan $300.000, haya sueldos como Walter Acosta: $4.190.000, Castriglia Walter: $2.900.000 y Mattiolli Marcos: $2.293.000. Estos datos provienen del RAFAM, el sistema contable de los municipios bonaerenses.
La forma en que están manejando los recursos de los pehuajenses tiene que tener un límite. Los organismos de control, como el Honorable Tribunal de Cuentas de la Provincia, no están respondiendo con la agilidad que nuestra comunidad necesita.
¡Es hora de exigir transparencia y justicia! No podemos permitir que se sigan malgastando los recursos públicos mientras los ciudadanos enfrentan dificultades económicas.
