Nico Delmas: Los discursos no arreglan escuelas

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Podemos hablar horas de educación, sacarnos fotos, dar discursos…

pero una cocina de una escuela no puede estar así.

No hoy. No hace años. Nunca.

Esto es sentido común y respeto.

En esta cocina se cocina para chicos chicos.

Trabajan auxiliares.

Se sostiene una parte esencial de la escuela.

Y hace mucho tiempo que esto necesitaba atención.

La educación se defiende con mantenimiento, con inversión, con presencia real.

Porque cuando una cocina está abandonada, el mensaje es claro:

la escuela dejó de ser prioridad.

No alcanza con reaccionar cuando alguien muestra el problema.

Hay que prevenir, recorrer, arreglar antes.

Porque una escuela no puede esperar a que la indignación sea pública para ser cuidada.

Menos discursos.

Más hechos.

Porque la educación se respeta trabajando, no declamando. Espero que en este receso esta cocina, y todas las refacciones necesarias a las escuelas se hagan.

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