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Encomendarse significa encargar a alguien que haga algo por nosotros o que nos ayude a hacer lo mejor..
Es ponerse en las manos de alguien.
Para ponerlo en términos populares y sencillos, diría que cuando Angel Di María o Leo Messi tocan el pasto al entrar al campo de juego y se persignan mirando al cielo, se están encomendando a Dios, poniéndose en sus manos.
Cuando Leo Messi festeja un gol alzando la vista y señalando el cielo, está agradeciendo a Dios…
Cuando en algún reportaje reconoce que el talento sobrenatural que tiene jugando al fútbol es un don recibido, está dando testimonio de su humildad para encomendarse y agradecer..
Messi entrega por completo la confianza, los planes y el futuro a Él, independientemente del talento recibido y ejercido con voluntad y conducta.
Como Messi, me gusta creer que hay una voluntad que es superior a la nuestra propia.
La agenda cultural “moderna”, maneja la opinión publicada en los medios de comunicación quitando visibilidad a referentes como Di María y Messi… como si fueran el enemigo al que hay que aniquilar.
Edita imágenes y dichos ocultando referencias familiares, religiosas y demás pautas culturales tradicionales que la modernidad quiere eliminar de nuestras costumbres.
Dicen que es por respeto, para no ofender a otros credos, pero el objetivo es detonar el concepto de familia y quitar a Dios, para redefinir la naturaleza humana y su significado.
Intentan y logran cada vez más, redefinir el matrimonio, la familia y la identidad sexual.
Si en algo está teniendo éxito la agenda de la modernidad, es en sacar a Dios de la generación de nuestros hijos y nietos.
Celebran la convivencia sin casarse y naturalizan la separación ante la mínima dificultad en nombre de la libertad y la realización personal.
Demoran la procreación, y si fallan los anticonceptivos, siempre está el aborto como “derecho” en cualquier instancia.
Nos asesinan antes de nacer, o nos embrutecen para que, una vez nacidos, nos suicidemos solos.
Pensarán, quizás… traer africanos y asiáticos musulmanes para sostener la natalidad y el sistema previsional mientras envejecemos….
En Eurasia ya lo hicieron y los resultados están a la vista con la decadencia y agonía del occidente cultural cristiano.
Sería bueno recordar el viejo dicho “el que se va de la villa pierde su silla”
A despabilarse, no destruyamos lo más valioso que tenemos, ni regalemos la Argentina..

