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Una de las integrantes de Voluntarios SOPAP, Sandra Torres, informó que Lobito era un perro comunitario que vivía en el centro y se refugiaba en algunas casas de la zona, pero hace aproximadamente dos meses, Pehuellitas lo levantó y lo llevó a SOPAP y nunca pudo adaptarse. Una vecina decidió adoptarlo y cuando llegó a su casa estaba enfermo, lo llevó al veterinario y le diagnosticaron moquillo, y lamentablemente nada se pudo hacer. Lobito falleció y se suma a los casos de perritos que llegan al predio y por alguna razón, terminan muriendo. “Era un perro muy querido, no hacía nada, no molestaba a nadie” dijo Sandra, y agregó que todos entienden que la ordenanza está para cumplirla y nadie pretende que los animales sigan en la calle, pero no puede ser solución llevarlos al refugio y que terminen muriendo.
Los voluntarios organizan una marcha para despedir a Lobito y seguir visibilizando la situación gravísima que están atravesando con el programa Pehuallitas y SOPAP, con los perros que ya están en el predio y los que seguirán llegando. La convocatoria es para el lunes próximo a las 14 horas frente a las oficinas de Pehuellitas en Echeverría 46.

