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Carlos Méndez, responsable del Auditorio del arte que le devolvió el cine a Pehuajó hace más de 10 años, informó que mañana termina un ciclo importante en su vida, y destacó que hace algunos días hizo entrega de las butacas a una iglesia de nuestra ciudad, cuyos integrantes asistieron a realizar el trabajo de retiro, ya que él mismo no puede hacerlo por consejo de sus médicos. Méndez indicó que hace unos años, Valerio y Barbera le regalaron esas butacas porque iban a construir un complejo habitacional en el ex Cine Zurro, y eso lo impulsó a crear el lugar que devolviera el cine a los pehuajenses; con el tiempo, todo cambió y lamentablemente, el Auditorio se vio obligado a cerrar sus puertas. “A mí me regalaron las butacas y yo loas regalé, porque creo es lo que corresponde” dijo.
En otro orden de temas, Carlos Méndez informó que ayer había perdido su teléfono celular, un hecho grave si se considera que allí tiene todos los contactos de médicos de distintas ciudades a quienes les repara elementos de cirugía, con los que perdería contacto de no recuperar el aparato; y comentó que “hace muchos años encontré un crucifijo de oro con iniciales en el cine, lo guardé esperando que lo reclamen y nunca sucedió, mucha gente me dijo que tal vez Dios quería que se quedara conmigo y acepté la idea” dijo Méndez, para agregar que anoche no durmió y se quedó rezando junto al crucifijo para poder recuperar su teléfono, y así fue, esta mañana lo encontró dentro del mismo auditorio, en un lugar por el que ya había pasado varias veces sin verlo. “Es el comienzo de otra vida, un mensaje alentador” aseguró, y agradeció a las personas que se preocuparon por su pérdida y a quienes lo han acompañado a lo largo de estos casi 14 años de trabajo por el arte. “Cierro esta etapa siendo quien solo, le devolvió el cine a los pehuajenses” expresó.

