Explicar la ya famosa curva de Laffer, que sostiene que a mayor presión fiscal no necesariamente habrá mayor recaudación —sino, por el contrario, menos—, ha sido para quienes la defienden como predicar en el desierto.
O tal vez no tanto. De la mano de CARBAP, en las últimas semanas se han visto algunos síntomas que podrían indicar que algo empieza a cambiar.
La entidad que reúne a productores de Buenos Aires y La Pampa informó que varios distritos ya eliminaron o redujeron la tasa de marcas y señales, otros están en proceso de hacerlo y un tercer grupo de municipios ya lo proyecta.
Se trata de un tributo que se paga para gestionar el registro o la autorización del traslado y de la propiedad del ganado. Es un reclamo histórico, vinculado a una tasa antigua y obsoleta, más propia de la época del arreo que de la actualidad.
Concretamente, el Distrito de Florentino Ameghino redujo esa tasa a la mitad; el municipio de 25 de Mayo decidió derogarla; en Rauch avanza un proyecto para eliminarla progresivamente; y en Balcarce y Trenque Lauquen los proyectos ya tienen estado parlamentario.
En Coronel Dorrego, la Sociedad Rural pidió formalmente al Ejecutivo su eliminación, y en General Villegas el intendente confirmó que en 2026 dejará de cobrarse.
Por supuesto, no alcanza con un puñado de municipios en medio del centenar que deberían hacerlo, pero tal vez marque un camino posible: el de modernizar un sistema tributario anacrónico, sostenido por tasas de otros tiempos pero que nadie quería dejar de recaudar.
Tampoco fue que las autoridades de esos distritos despertaron un día iluminadas por el sentido común. CARBAP y las distintas Sociedades Rurales llevan años presionando para que esto se concretara.
Siempre lo hemos dicho: en materia tributaria, la pelota está del lado del que paga.
Un contribuyente informado, que conoce sus derechos y el destino que debería tener el dinero que aporta con el sacrificio de su trabajo, termina marcando la diferencia.
Nada más grato que poder escribir una nota que habla de la baja o eliminación de un tributo sin sentido. Ojalá sea la primera de muchas, y que más intendentes y concejales entiendan que los tiempos de cambio ya llegaron.
Fuente: CampoInfo