Entre más de 420 estudiantes de élite, seleccionados en cada país, y reunidos estos ultimos 9 dias en París.
No hay palabras que puedan explicar el orgullo que se sintió este proceso. Hace ya cinco o seis años que venimos trabajando juntos, atravesando desafíos enormes con perseverancia, humildad y talento.
Hoy Mati se consagra entre los mejores del mundo, y sé que con el tiempo podrá dimensionar verdaderamente lo que logró. Yo, como su “docente” y amigo, tengo el privilegio de haber sido testigo de ese recorrido, y de este resultado que emociona profundamente.
En un contexto donde los logros educativos se anuncian MUCHO MÁS de lo que se acompañan, hoy solo queda agradecer a quienes DE VERDAD estuvieron cuando hizo falta, y sin quienes esto no hubiera sido posible:
• A Avelino Zurro, por gestionar —desde el Poder Legislativo— los costos de inscripción.
• A Adecoagro, por aportar dinero para pasajes.
• A Ramón Gil, por colaborar con trámites fundamentales.
• A Hernán y Claudia, por ser un sostén incondicional para Mati desde siempre, con esa presencia firme y silenciosa que marca la diferencia cuando más se necesita.
• A mis viejos, Stella y Hugo,por su acompañamiento y ayuda incondicional de siempre —porque sin ellos, literal y emocionalmente, esto tampoco sería posible.
• A Mari, por estar siempre, incluso cuidando a Luna mientras yo estaba lejos —y por ponerse al hombro el trabajo de visibilizar todo esto.
Y gracias, Mati. Porque más allá de las medallas y los resultados —que son enormes—, lo que realmente admiro es la persona que sos.
Porque sé, como pocos, todo lo que pusiste para llegar hasta acá: años de constancia, días enteros de estudio, frustraciones, dudas, y aún así siempre seguiste adelante, con humildad y convicción.
Ver todo eso transformarse hoy en este logro es, para mí, una alegria extremadamente grande.
Ojalá este logro sirva también para recordarnos que el mérito existe, pero que sin acompañamiento real muchas veces se apaga. Y que hay jóvenes que, lejos de cualquier privilegio, hacen historia sin que nadie los mire.
