Entendiendo las manos en el póker: cuando apostar por un flush y cuando retirarse antes

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El póker es uno de los juegos de azar más populares y reconocidos. Es el favorito de muchos jugadores, ya que permite establecer estrategias y aplicar conocimientos, más allá de la suerte. Esto hace que el póker sea el juego donde más importancia tiene la destreza de cada jugador a la hora de conseguir resultados.

En una partida de póker tradicional, no solo importan las cartas propias, sino también las del rival. Para ganar, no hace falta tener la mejor combinación, sino que muchas veces, se logran haciendo foldear (retirarse) a los rivales.

Una de las mejores combinaciones posibles es el flush o color; sin embargo, es una mano peligrosa, que muchas veces lleva a confiarse de más. Por eso, a continuación vamos a explorar distintos escenarios, sobre cuándo conviene arriesgar y cuándo dejar pasar la oportunidad en busca de un flush.

¿Qué es el flush en el póker?

En una partida de póker se pueden realizar distintas combinaciones para intentar ganar la ronda. Una de ellas es el flush, que también se conoce como color. Consiste en conseguir cinco cartas de un mismo palo, sin importar el orden.

Recordemos que en el póker hay cuatro palos diferentes: corazones, diamantes, tréboles y picas, por lo tanto, no deben ser 5 cartas rojas o negras, sino que deben ser de palo idéntico. A su vez, no deben tener un orden consecutivo, o de lo contrario, sería una escalera de color, o una escalera real.

El flush es una de las combinaciones con mayor valor en una partida de póker que solo es superada por el full house (tres y dos cartas iguales), el póker (cuatro cartas iguales), y las ya mencionadas escalares de color y real. Por lo tanto, es una mano muy poderosa y que te dará la victoria en muchas oportunidades.

Otro punto importante a tener en cuenta con el flush es que el valor de las cartas también se mantiene. Esto significa que lograr un flush con el As es el de mayor valor, conocido como el nut flush. Luego, van descendiendo, desde la K hasta el 2.

Por lo tanto, en un escenario donde dos jugadores tienen color, y uno presenta A-4 y otro K-9, el primero será el vencedor. En otro caso, donde uno tiene J-2 y el otro 10-8, nuevamente el ganador será el primer participante. No importa la suma de las dos cartas, solo la primera.

¿Cuándo buscar el flush y cuándo dejar pasar la oportunidad?

En el póker hay distintas manos icónicas. Una de ellas es la mano del hombre muerto, conocida así porque James Butler Hickok fue asesinado mientras tenía estas cartas en una partida, en el año 1876. La mano se trata de dos Ases y dos ochos negros, permitiendo así una doble posibilidad de flush en una ronda de Stud.

Sin embargo, en esta ocasión no nos vamos a enfocar en el Stud, ya que es un juego complicado y poco común. En cambio, el foco estará puesto en el Texas Hold’em, el formato tradicional y en el que se disputan los principales torneos del mundo, por ejemplo, el Main Event de la WSOP, que finalizó hace poco tiempo con la victoria de Michael Mizrachi.

El flush es una mano atractiva, pues tiene gran valor y muchas veces es suficiente para alcanzar la victoria. Sin embargo, también tiene el riesgo de enamorar a los jugadores.

Comenzando con el preflop, las combinaciones ideales son aquellas con cartas elevadas: obviamente cartas como A-K, A-Q, K-Q, A-J, etc. Combinaciones bajas, como 4-3 o 3-2 no son ideales, pero dependen del contexto, y luego están los valores medios, como 10-9 u 8-7, que son valorables para ver un flop.

Una vez que las tres cartas comunitarias estén en la mesa, es momento de analizar la situación. Si tenemos dos tréboles, y el flop muestra dos tréboles más, es prácticamente obligatorio seguir en la mano. Las oportunidades de conseguir nuestro flush son importantes como para abandonar.

Si nuestros conectores no reciben ninguna ayuda, y tampoco hemos logrado un par, es momento ideal para foldear la mano. En caso de que solo salga un trébol (o el palo que corresponda), ya depende del escenario: cuántos jugadores hay en la partida, si hay apuestas y qué tamaño son, si podemos ver una carta gratis, etc.

Si el turn no completa nuestro flush, la situación se complica. Es muy probable que tengamos que enfrentar apuestas de los rivales, con solo una carta restante. Ante este escenario, ya dependerá de las habilidades del jugador para leer la ronda, el riesgo dispuesto a correr, o la posibilidad de hacer un semi bluff y sacar de la mano al resto de participantes.

Lo importante es no enamorarse de la posibilidad de concretar un flush. Si bien es una mano muy atractiva, también tiene sus riesgos. Muchas veces, se llega hasta el final buscando el color, las cartas no acompañan, y terminamos con muchas fichas en el pozo, mientras que nuestra mano está vacía.

Por esas razones, el póker es uno de los juegos más atractivos y emocionantes. El jugador es un factor más que relevante, incluso más que la suerte.

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